domingo, 9 de octubre de 2011

4




Y los detalles no vuelven solos. No. Vienen de golpe y todos juntos. Tan juntos que podría confundir el olor de pared recién pintada, con un montón de  sabanas blancas, o las cajas llenas de ropa, o el rímel de la almohada... el "no hace falta", la fuerza, el café que no había, ese pelo rubio... todo de golpe, aunque nada tenga que ver entre ello, son en el fondo todo lo mismo: el peso, el peso que vuelve como un recordatorio absurdo, de lo que ya se.
Pero con algo de suerte, acabará siendo tan mentira como cuando digo sonriendo "no, no me acuerdo", y te irás creyendo que ese detalle es solo un despiste más, en medio de mi armario lleno de desorden y cientos de horas tarde.