domingo, 25 de agosto de 2013

24


Se infectan las ideas, una detrás de otra. Se envenena con el mismo sabor.
parece que no era la persona ni el contexto,
parece que no era el momento, justo o no.
parece que son satélites
parece que esto al final es el eje,

ese puño dentro pidiéndote algo que no tienes, hablándote en un idioma que aun no entiendes. Y vuelve siempre de la misma manera.  
Como si nadie fuera a ver estos colores que ves tan claramente, como la verdad, lo único que no te engaña. Te confundirá cada minuto, será todo lo que odias o lo único que tienes.
(Sus ojos me descubren todo lo que no sé. Son nervios, son nudos. son pesadillas sobre lo que soy para mí. Son pesadillas de lo que voy a ser.)

Y si solo antes de dormirte entiendes todo lo que no debe existir,  

lunes, 22 de julio de 2013

23


/ con la fuerza más grande pero eres dos, eres dos. Y la mentira se enreda dentro como el hilo más fino. Pero eres dos eres dos, y quién sostiene la verdad. Eres dos eres dos y quién guarda el brillo de lo que aun no se ha roto. Eres dos eres dos, y me vuelves a mi dos, dos caras contrarias, el choque continuo. Somos dos y dos más cada uno. Somos dos somos dos y tantos a la vez. Aquí no hay lugar. No parece haber lugar.

miércoles, 3 de abril de 2013

22


Quiero mirarte cuando no seamos nosotros. Quiero mirarte mirando, haciendo. Creando. Verte en ti, tú y el papel, tú y los cubiertos. Tú y la cosa más sencilla que te devuelve a tu estado natural, al gesto innato, a lo aprendido antes que yo y que todo esto. Verte sin “nosotros” mirarte ahí, en el balcón del final, en la ausencia. Las pasiones más fuertes se agarran a las cuerdas más frágiles, y es ahí donde quiero mirarte. Desde el miedo punzante,  Sin mí sin mí sin mí. A TI y a tu verdadero nombre. Si pudiera decirlo... si pudiera saberlo:


miércoles, 6 de febrero de 2013

21



(Pisas la mañana sin garras en los labios. Brazos que anulan todo ahí fuera)

Podrías empezar  por los rincones y desempapelarlo todo, con tranquilidad. Siéntate un momento y mira, mira. No tienes ningún reloj en contra, ni plomo en los zapatos. Como vuelven las chispas de lo que habías enterrado, siéntate y míralas. Despídete ahora sí, de una forma rotunda y final, porque nunca se empieza con nada a rastras, y no querrás otro principio al revés. Esperabas algo como…  miedo quizá. Como encontrar los puntos medios  y esas leyendas que siempre se persiguen.  Y no hay nada. La pared descascarillada, y ya está- nada más. 
El vacío te ancla cuando menos lo esperabas. Aquí viene…